Muy recomendada. Una auténtica joya del cine social que no os podéis perder, con una gran interpretación de Marion Cotillard.
En el contexto de la crisis económica la película plantea un
interesante dilema ¿seríamos capaces de
sacrificar parte de nuestro sueldo por el bienestar de otro trabajador de la
empresa? Sandra es la protagonista de la película, una trabajadora que ha estado
de baja por depresión y que tiene que convencer a sus compañeros de que
renuncien a la paga extra para mantener su empleo. Solo tiene un fin de semana,
dos días y una noche, para convencerlos, ya que la votación, realizada ya el
viernes, se va a repetir al lunes siguiente. Sandra lucha a contrarreloj para
conservar su empleo, sentimos su frustración, pero también cómo va creciendo su
esperanza y sus ganas de luchar a lo largo de la película. Sus compañeros, con
circunstancias de vida muy variadas, tomarán diferentes opciones, lo cual es muy
interesante para plantear dilemas éticos en un diálogo tras la
película. Con esta película se presenta un retrato fiel de la clase trabajadora de
una ciudad de Bélgica, que bien podría ser un retrato de cualquier ciudad
europea y que nos puede dar pie a reflexionar sobre la precariedad laboral y
las dificultades de los trabajadores, que viven en un constante miedo social y
con una gran preocupación por el futuro. En esas circunstancias, lo normal es
el aislamiento y el egoísmo, pero ¿se podrían cambiar las cosas?
El tema del desempleo es un asunto que nos preocupa, de ahí que la
película nos ayuda a reflexionar sobre la defensa del trabajo y su dignidad y
sobre los diferentes sentimientos de los trabajadores, como el miedo y el
egoísmo, pero también en valores como la solidaridad o la esperanza. Además
supone una oportunidad para pensar en la importancia de la empatía como base de la
solidaridad, de ahí la necesidad de educar a nuestros niños en la
empatía y el desarrollo de la inteligencia emocional, claves para la mejora de
nuestra sociedad.
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